En un artículo de prensa de primera página del 5 de septiembre de 1908, titulado "Un Mensaje de Marte", informó que Willie McKinnon, el hijo de 14 años de Angus McKinnon, experimentó una experiencia sorprendente y tuvo una salida milagrosa de la muerte un jueves por la mañana, ya que casi fue alcanzado por una piedra proveniente del espacio que al parecer tenia grabados jeroglíficos en su superficie.
Mientras trabajaba en el jardín de su padre alrededor de las once y media, en el Valle de Cowichan, en la isla de Vancouver, en Canadá, un meteorito de unos 25 centímetros de diámetro fue arrojado por el espacio y se enterró en el suelo a unos 3 metros de donde estaba el niño.
El meteoro había pasado por las ramas de dos árboles en su vuelo, rompiéndolos como palos de fósforos. Caía en un ángulo de unos 45 grados y viajaba en dirección noroeste cuando golpeó la tierra.
El meteoro o lo que fuera que cayó, era casi tan redondo como un mármol y la superficie estaba profundamente marcada con lo que parecía jeroglíficos.
El Sr. McKinnon paso la mayor parte del tiempo desde el incidente tratando de interpretar el significado de las marcas en la piedra, y pidiendo que si alguien que tiene un conocimiento de estas cosas, tratará de ayudarlo".
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